Tu aroma...
cambias
de angulo en la mesa nocturna,
compartes
maternalmente la luna en cada plato,
suspiras
y bendices los alimentos a media voz
nos
seduces con tu ternura melosa y
aunque
los brazos se te acortan cuando anclas tus ojos
en
nuestro camino y soplas la espiga del grano duro,
así
también en esta noche ahonda tu voz en el viento húmedo
tu
aroma áureo.
Frank Ortega Rivas
 



























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