Rapaz

Un ciego (Jorge Luis Borges)

No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira.

Lento en mi sombra, con la mano exploro
mis invisibles rasgos. Un destello
me alcanza. He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro.

Repito que he perdido solamente
la vana superficie de las cosas.
El consuelo es de Milton y es valiente,

Pero pienso en las letras y en las rosas.
Pienso que si pudiera ver mi cara
sabría quién soy en esta tarde rara.

Lo siento

Si el 11 de Septiembre fue un día muy negro para la humanidad, el 11 Junio fue horrible para mi. Y es que 11 se escondió de mi vista por unos instantes para dejar salir al 10…que no era Maradona, ni siquiera el negrito Pelé…negrita fue mi suerte esa noche por no ver lo que había detrás de lo que mis ojos veían.

Y aquí estoy, sintiéndome mal por sospechar de absurdas visiones, por no pensar primero y analizar las cosas fríamente, por dejarme llevar por la forma explosiva que tengo. He recogido mis maletas, acomodado mis escritos en carpetas, esperando que me recojas para montarme en un autobús y devolverme por fallas técnicas o llevarme de nuevo a casa a intentar seguir corrigiéndome.

Pero solo como última opción acudo a tu buen juicio y te pido justicia…si bien dicen que errar es humano también dicen que perdonar es divino. Si esto es verdad soy la persona mas humana que existe porque es habitual en mi meter la pata pero también sé perdonar, porque mi memoria no solo es mala para recordar cosas buenas, sino también para olvidar las malas.

Realmente ahora se hace necesario pedir perdón, y que tú como persona ofendida aceptes las disculpas (y de ser necesario que otorgues un castigo). Sé muy bien que ninguna de estas dos acciones es sencilla, pedir perdón y darlo son muchas cosas en conjunto que solo el verdadero amor sabe hacer que parezcan pequeñas y que logre salvar la distancia que el orgullo genera.

Ese orgullo que es tan grande como un elefante ala vista de los demás pero es de esos elefantes que al ver un ratón salen corriendo…y tú eres mi ratón que aleja ese mal compañero de viaje.

En fin, aquí estoy, esperando el castigo que usted me de por lo que hice. Lo que si es verdad es que lo siento.